Tomo II
“No sé de qué se trata, si de hacernos los locos
en un mundo de cuerdos o ser cuerdos en un mundo de locos.”
Días en los que descubres cosas que ni tú mismo
habías notado, pero que en ese momento se vuelven tan evidentes que las dices
en voz alta y hasta eres capaz de escribirlas; todo esto, porque hace rato que:
Perdiste el miedo a
mirarte al espejo y ver las ojeras bajo tus ojos.
Perdiste el miedo a
caminar bajo la lluvia y pescar un resfriado.
Perdiste el miedo a
decir que no estás de acuerdo.
Perdiste el miedo a
los días de soledad, a las noches en silencio y a las esquinas vacías.
Perdiste el miedo a
llorar.
Perdiste el miedo a
ser tú, en esencia.
Perdiste el miedo a
morir.
Ya no tienes miedo a
estar perdido.
Ya no tienes miedo a
cambiar lo que no te gusta.
Ya no traes contigo
cadenas que te aten a un lugar específico.
Prestas más atención a
tu opinión que a la ajena.
Entendiste que nunca
vas a poder complacer a todos.
Entendiste el concepto
de: “Menos es más”.
Los silencios se convirtieron
en momentos placenteros.
Dices las cosas tal
cual.
Ves la vida MUY A TU
MANERA.
Y por primera vez, estas en esto de aprender a
vivir, sin ataduras, sin prejuicios, sin ansiedades, sin máscaras; viviendo un
día a la vez.
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