Temporizador...
Temporizador La vida cambia tanto, tan pronto, un día estamos llorando y los adultos no saben qué nos pasa, luego lloramos porque nos caemos de la bici y nos rayamos las rodillas, pero corremos una y otra vez, felices, libres, porque tenemos a alguien que nos cura los golpes; nos gusta casi todo y no nos importa poner mala cara si algo no nos agrada, somos genuinamente felices; mientras alguien nos toma fotos para el recuerdo, ahí del otro lado captando nuestro ser en plena inocencia. Y uno, deseando seguir creciendo, con tanto empeño (como si hubiera un gran mérito en ello), mientras eso pasa, siguen las fotos para el recuerdo y vamos creciendo. Finalmente te haces adulto y descubres las cosas que nadie te dice, ahora lloras y puedes habla...